Rescatan los primeros pasos del Opus Dei en Sinaloa
Generar empatía y una nueva forma de vivir, en una sociedad como la sinaloense, de carácter más fuerte, poco dócil, y en un momento en que era poco apegada a la religión, es uno de los logros más importantes en los inicios del Opus Dei en Sinaloa, consideró Mario Enrique Velázquez.
En su libro “Tierra fértil, luminosa y alegre, relatos de los primeros pasos del Opus Dei en Sinaloa”, que presentará este martes 20 de mayo, en el Colegio Chapultepec, reúne el testimonio de los primeros integrantes de esta prelatura que llegaron a Sinaloa y de los primeros sinaloenses que hicieron suya esta labor.
La idea de este libro compartió el autor, surgió en una reunión de personas involucradas con el Opus Dei, a fin de rescatar su presencia en la ciudad desde hace más de 70 años.
“En ese momento, muchas de las historias y enseñanzas de la gente que llegó desde España alrededor de 1950, y de quienes estuvieron con ellos, ya se estaban perdiendo por el pasar de los años. Entonces, ese grupo de personas dijo ‘tenemos que empezar a recopilar esta información’ y me invitaron a elaborar el libro”.
Originalmente se trataba de un anecdotario, pero decidió recopilar testimonios y formar las historias, contemplando toda la trayectoria desde la llegada de los primeros, sus esfuerzos, y toda la labor para entrar en la sociedad sinaloense. Y las historias de la gente que se fue sumando a ellos.
“Es como las historias de los abuelos, que si nadie las cuenta se van a ir perdiendo. Así es este libro”.
El hallazgo más importante, destacó, es que el Opus Dei cuida los pequeños detalles para ir construyendo cosas más grandes; es la premisa con la que funciona la prelatura.
“Es empezar desde las cosas sencillas de la vida cotidiana, cuidar el trabajo diario, hacerlas con dedicación y con cariño para que todo se vaya dando, que todo vaya fluyendo. Y esto me lo enseñaron estas personas, que algunos ya fallecieron en el transcurso de este tiempo, pero logré platicar con ellos, y aprender de sus vivencias”.
Para escribir este libro, el autor entrevistó a más de 50 personas, iniciando con el sacerdote Emilio Palafox, quien a sus 100 años aun radica en la ciudad de Hermosillo, y que fue el primer sacerdote del Opus Dei que llegó a Culiacán, procedente de España, para hacer su labor en esta tierra, además de ser un personaje cercano a San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei. El señor José Inés Peiro, de Pericos, Mocorito; María Luisa Morales, que formó parte del equipo que conformó el Colegio Chapultepec; Aurora Peiro; la señora Pipía Rodríguez de Esquer; la señora Tere Leyva y muchos otros nombres son los que sustentan la narrativa.
“Fueron algunos de los primeros que estuvieron haciendo su labor aquí, y me tocó platicar con ellos. Es una narrativa que construí con todas las opiniones y vivencias de quienes se involucraron en algún momento, en estos más de 70 años”.
La labor más importante que el Opus Dei hizo en sus inicios en Sinaloa, consideró, fue el lograr transmitir su esencia a un grupo de personas en una ciudad que en ese tiempo no era tan apegada a la religión.
“En una ciudad con nuestras características, con la idiosincracia que hemos tenido los sinaloenses, de un carácter más fuerte, poco dócil, llegaron estos españoles de un carácter muy fino, con otras costumbres y empezaron a adecuarse a la gente de Culiacán. Y lograron penetrar en una sociedad un tanto cerrada, hermética, con esa mentalidad, con esa nueva forma de ver las cosas”, apuntó.
“Ellos fueron generando empatía, una nueva forma de ver la vida cristiana, pero también una nueva forma de vivir. De cuidar esos detalles, las cosas pequeñas, el ayudar a la gente y llegar de distintas formas a todos estratos sociales”.
“Es una gran enseñanza en ese sentido, ellos no quisieron llegar y cambiar a la gente. Más bien ellos llegaron y se adecuaron a las características de los habitantes de Culiacán y de Sinaloa, logrando pequeños cambios, poco a poco”.
El título del libro se deriva de una frase muy utilizada en el Opus Dei, que invita a hacer de tu casa, de tu entorno, un lugar luminoso y alegre.
“Es algo que decía San José María y yo lo adapté de la mano con el hecho que Sinaloa es tierra fértil. Y en este momento que estamos viviendo en la ciudad, y desgraciadamente en todo el estado, este tema es importante, porque se trata de enviar el mensaje de que somos gente buena, y mostrar que Sinaloa es una tierra fértil en agricultura, pero también en gente de buen corazón”.

El autor
Mario Enrique Velázquez Vizcarra es esposo y padre de tres hijos, un hombre de familia consciente de la importancia de una formación con valores, con amor y pasión por lo que se quiere lograr.
Su propósito es contribuir a un mundo más humano, contando las historias de personas, familias, empresas e instituciones que han hecho de su entorno un mejor lugar, y colaborando para construir su legado a través de los momentos que los han llevado al presente, con miras al futuro.
Es licenciado en Marketing por la Universidad Autónoma de Occidente, cuenta con un Máster en Periodismo por el Periódico El Mundo y la Universidad CEU San Pablo, en Madrid, España.
Es director de Sopa de Letras, despacho especializado en generación de contenidos institucionales y documentación biográfica, con sede Culiacán.
Entre sus más recientes intervenciones se encuentran la documentación histórica de Maxilana, la edición del libro Origen & Cocina de Mar de Cortés de Foro Mar de Cortés, Memoria de aniversario de la Escuela Activa Integral, así como diversos proyectos editoriales institucionales, familiares y personales.