Comparten la historia del Opus Dei en Sinaloa
Un testimonio entrañable de los primeros pasos del Opus Dei en Sinaloa compartió Mario Enrique Velázquez Vizcarra, al presentar su libro Tierra fértil, luminosa y alegre.
En el auditorio del Colegio Chapultepec, ante una nutrida asistencia, el autor estuvo acompañado por el sacerdote Carlos Núñez, vicario regional del Opus Dei, Tere de Leyva, impulsora del Centro Cultural Obrero, así como Raúl López y Francisco Ertze, del consejo editorial del libro.
Velázquez Vizcarra, dijo estar muy emocionado y agradeció la presencia de todos en la presentación de un libro que fue fruto de un trabajo muy largo, no sólo de él, sino de todas las personas que se involucraron.
“Agradezco a mi familia, a Karla, Caro, Leo y Elías, a mis papás, a mis hermanas, hermanos y a todas las personas que apoyaron este proyecto desde que inició: el Consejo Editorial, Marco Ojeda, Sergio Esquer, Raúl López y Francisco Ertze a quienes contribuyeron con datos, con información y nos fueron orientando para construir la historia, así como a quienes hicieron el esfuerzo y buscaron la forma de obtener recursos para el proyecto”, dijo.
El libro, añadió, reúne relatos de un grupo grande de personas, muchos de los cuales encontró ya escritos y a otros fue a buscarlos y los consideró los autores del libro, pues le abrieron las puertas de sus casas, lo recibieron, le platicaron y compartieron historias muy bonitas, que están ahí plasmadas y de las cuales se tienen muchas cosas que aprender.
Compartió que el padre Emilio Palafox es el primer sacerdote que llegó a Culiacán en 1951 para hacer esta labor, lo conoció en Hermosillo, tiene actualmente 100 años, y es quien le hizo el prólogo del libro, cuya lectura compartió con los asistentes.
- Portada del libro.
- El público escuchó con entusiasmo a los comentaristas.
- La presentación se llevó a cabo en el Colegio Chapultepec.
“En esta tierra luminosa y alegre germinó algo grandioso, que cambió una forma de ver y entender el diario y trabajar. Aquí se fundaron las primeras instituciones educativas confiadas a la obra en América, luego el Centro Cultural habilitado a trabajadores de escasos recursos, la ropa para esposas de agricultores, tantas otras cosas que influyeron de enorme manera en las personas y surgieron tantas vocaciones, gente que entregó su vida y su trabajo a esta misión y que han sido ejemplo y práctica para otras sociedades. Este libro nace con una vocación universal, dirigido a personas de todo el mundo”, leyó el autor el prólogo.
“Es un libro de un grupo de amigos que, a lo largo de más de estas siete décadas, construimos esta historia, enamorados de Sinaloa, tierra luminosa y alegre. Ahí me dejé la tercera parte en mi larga vida, a la que tengo un cariño enorme”.
Raúl López comentó que la idea del libro surgió alrededor de un brasero, en una carne asada, en casa de Marco Ojeda, donde platicaban historias que van pasando de familia, de boca en boca, y que muchas veces no están muy bien definidas y se dieron cuenta de que se trataba de una memoria histórica que se estaba perdiendo y que era importante rescatarla para la posteridad.
“En la plática decíamos ‘oye, y qué le pasó a fulano, no sé qué, por cierto, se murió hace 1 año’ y cuando llevábamos tres que habían muerto recientemente, decidimos poner todo esto en algún lado que puede estar de manera accesible a otros, pensamos en un anecdotario. Después, en un desayuno posterior, decidimos poner todo esto en papel y buscar a quién lo hiciera”.
Entonces les presentaron a Mario y en una siguiente reunión les mandó una página o dos lo que podía ser el tono de una redacción del tema y les gustó mucho. Entonces decidieron ampliarlo. Luego vieron cómo lo iban a pagar.
Y pronto se transformó en un trabajo mucho más formal, con una investigación mucho más profunda.
“Jamás pensamos que iban a hacer tantas entrevistas. Mario empezó las entrevistas en 2018 ó 19 hizo viajes a visitar a la gente, o aprovechó los viajes de otros a Culiacán, fue una logística que de la que podemos disfrutar ahora en esta recopilación”, añadió.
Francisco Ertze, comentó el autor, fue su acompañante leal en este proceso, su paño de lágrimas y el soporte, que contribuyó a que el libro fuera una realidad.
La idea, señaló Ertze, era hacer algo rápido, pues tardó un poco y valió la pena.
“Fue una inversión de tiempo muy valiosa, la verdad es que los recursos que se consiguieron, gente que aportó, hizo posible el proyecto, que también es un libro histórico y debía estar bien documentado, y ahí nos echó la mano el Padre Rubén Rodríguez”.
Y luego de conseguir una editorial de prestigio, el libro se fue a Roma pues tenía que ser probado por el Consejo General de la obra y para sorpresa de todos, la respuesta llegó tres semanas después.
“Se dieron cuenta de que era algo muy valioso para la historia. Entonces, tiene ese sello.
El Padre Carlos agradeció el esfuerzo el padre Ernesto de la Peña y dijo estar agradecido por estar en el panel, y a los que hicieron posible esto.
“Cicerón decía que la historia es maestra de vida. San José María comentó muchas veces que teníamos que trabajar con mentalidad histórica y no es mala onda, pero en México siento yo que, eso nos ha faltado mucho. En el 2000. Nos ha faltado este tipo de trabajos, de reflexiones”, dijo.
“También porque es memoria histórica, reflexión sobre hechos pasados, sobre personas que nos precedieron. Aquí pudieron construir el Colegio Chapultepec, todas las referencias que tomaron del espíritu de los jesuitas, nos habla a través de los que nos han precedido y entonces ciertamente la historia es maestra de vida”.
Al final, Tere de Leyva compartió su historia como una de las primeras supernumerarias y promotoras de la labor del Opus Dei en las periferias de la ciudad.