Civiles armados desatan enfrentamiento en Imala, al nororiente de Culiacán
CULIACÁN._ Un episodio más de la ola violenta que azota a Sinaloa se registró la madrugada y la mañana del miércoles, correspondiendo la ubicación a poblados de la sindicatura de Imala, en el nororiente de Culiacán.
Aunque no se reportaron víctimas, en un recorrido realizado se observaron casquillos desde el arco de bienvenida de la comunidad de El Pozo, así como una finca completamente baleada y una camioneta blindada quemada en la comunidad de Mezquitita.
Los primeros reportes de los hechos los publicaron vía redes sociales los propios habitantes de los poblados de La Noria, Mezquitita y El Pozo, de la sindicatura de Imala, al sur de Culiacán, alertando del ingreso de civiles armados durante la madrugada del miércoles.
De acuerdo con testimonios de vecinos, varias camionetas con hombres portando armas largas irrumpieron en las comunidades en medio de intensas ráfagas que se prolongaron por varios minutos, generando alarma entre los residentes, quienes buscaron refugio ante la incertidumbre.
Más tarde, la vocera de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, Verona Hernández Valenzuela, confirmó que sí se recibieron los reportes.
“Sí se han recibido reportes, y de la zona alta de Culiacán. Se están atendiendo por parte de las autoridades federales y estaríamos al pendiente de la información de ese tema. No tenemos de momento ningún resultado de los recorridos que se realizan por parte de las autoridades federales”, dijo en la rueda de prensa a temprana hora.
Al realizar los medios de comunicación un recorrido, cuando las condiciones estuvieron controladas, se pudo observar que elementos del Ejército Mexicano así como Fiscalía General del Estado mantenían resguardada la zona del arco de entrada a la comunidad de El Pozo, pues la estructura recibió múltiples impactos de bala y quedó parcialmente dañado.
A pocos metros de este punto también se reportaron detonaciones de artefactos explosivos de fabricación casera.
Otra zona baleada fue una finca ubicada dentro del poblado, en la cual se observaron paredes y puertas con impactos de bala, incluso en el interior habría cristales, espejos y muebles dañados.
En la finca, que era una especie de pequeña hacienda, no se observaron habitantes ni rastros de sangre.
La agresión habría derivado en una persecución que culminó con el hallazgo de una camioneta blanca con blindaje artesanal, incendiada y abandonada a un costado de la carretera, donde también quedaron esparcidos neumáticos y restos de autopartes.
La unidad blindada e incendiada permanecía todavía con signos de haber sido apagada recientemente cerca de la entrada a la comunidad de El Pozo, y de hecho las imágenes de esa pick-up en llamas circuló temprano en redes sociales.
Elementos de Guardia Nacional, Ejército Mexicano y Secretaría de Marina resguardaban la zona.
En el área también se observaron sobrevuelos de una aeronave Texan II de reconocimiento artillado, como parte de la estrategia de disuasión implementada por la Fuerza Aérea Mexicana.
En el poblado se constató un ambiente de desolación. Las calles lucían vacías y las casas permanecían cerradas; y los pocos pobladores que se atrevieron a salir al observar controlada la situación manifestaron su temor.