Comparte Roberto Blancarte una mirada crítica sobre el papel del Papa y la Santa Sede en el mundo contemporáneo
MAZATLÁN._ En un ejercicio de análisis histórico y político con respecto al papel que desempeña la Santa Sede y el Papa en contextos internacionales contemporáneos, el académico e investigador, Roberto Blancarte Pimentel, ofreció una conferencia este miércoles en la Casa del Marino, en Mazatlán.
A lo largo de esta plática, que forma parte de la agenda de divulgación cultural y académica de El Colegio de Sinaloa en conjunto con el Instituto de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán, el experto en historia de la religión habló sobre la complejidad del rol que el Papa desempeña en la actualidad.

Durante su intervención, Blancarte Pimentel destacó cómo en un contexto global marcado por conflictos armados, tensiones religiosas y divisiones ideológicas, es importante comprender el papel que ejerce esta figura desde la religión hasta lo político, así como sus limitantes.
“Es importante saber sobre todo ahora que hay muchos interrogantes sobre qué es lo que el nuevo Papa quiere y puede hacer. Él (Papa León XIV) ha hablado mucho sobre la paz, y en tema de la paz debemos comprender sus posibilidades de intervención”, comentó.

“Por lo mismo, también hay que saber cuál es la capacidad real que tiene este Papa para intervenir y hasta dónde puede llegar y en qué regiones puede hacerlo y en donde no”.
El académico señaló que si bien la figura del Papa sigue siendo un referente moral de alcance mundial, su capacidad de incidencia política depende en gran medida del contexto en el cual actúa. Blancarte Pimentel comentó cómo el mensaje de paz del Papa León XIV ha despertado expectativas en el orden mundial, pero también interrogantes legítimas sobre cómo este mensaje puede llegar más allá de una participación real en los conflictos.

De este modo, explicó como hay regiones en las que la influencia del Papa se ve limitada por factores religiosos, culturales o geopolíticos, haciendo mención a conflictos como los que ocurren en el Medio Oriente, donde el catolicismo no es la religión predominante, lo que disminuye el alcalce del mensaje pontificio.
“La autoridad moral es la más importante que tiene el Papa, tiene una cierta posible incidencia allí donde hay gente que cree en esa capacidad. Y donde hay personas que tienen otras religiones, obviamente el peso es importante porque se sabe de la existencia de ese liderazo”, dijo.
“Pero es relativa hasta cierto punto, porque no toda la autoridad moral ahí se pude traducir en autoridad política”.

Otro de los temas que Blancarte Pimentel abordó fue la singularidad con la que cuenta el Estado Vaticano, donde el Papa ostenta simultáneamente los tres poderes fundamentales de un Estado como lo es el Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Señala cómo este hecho lo convierte en un Jefe de Estado con características únicas, pero cuya autoridad se encuentra fundamentalmente condicionada por el marco eclesíastico y las estructuras del catolicismo.
Sin embargo, mencionó que el Papa cuenta con un recurso invaluable como lo es la red global de la Iglesia Católica a través de sus representantes y comunidades organizadas en todo el mundo, lo cual le da el poder de incidir en debates nacionales e influir en decisiones políticas y sociales, sobre todo en países con mayoría católica.

“El problema es que el Papa tiene muchos representantes en muchos países, tiene muchos obispos, muchos sacerdotes y por lo tanto, también a partir de sus directrices, tiene capacidad de incidir en lo que sucede en muchas naciones”, comentó.
“Porque vamos a suponer que el Papa insistiera sobre una temática en particular que tenga que ver con México, se tiene una gran capacidad de movilización de la iglesia católica, pues esta se encuentra sobre todo el territorio nacional y tendría algún impacto importante”.
A lo largo de la charla, el público asistente dejó ver su interés por comprender esta temática, en donde a manera de conversatorio, se cuestionó sobre los alcances y límites del poder político que rodean a la figura del Papa.
Por tal motivo, Blancarte Pimentel culminó su intervención proponiendo entender a esta figura no solamente desde una dimensión teológica, sino como un actor político con gran capacidad de diálogo e incidencia, en donde su liderazgo depende de la fe que millones de personas aún depositan en su figura.