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Columna

Realismo, sentido común e ideologías

FACTOR HUMANO
26/08/2023 12:14

Una pancarta resume la virulencia del acoso a los valores y a la familia: “no permitiré que roben la inocencia de mis hijos”.

Acoso por doquier.

Hay campañas internacionales y locales que usan todos los medios incluyendo el entretenimiento infantil y los libros de texto, para pervertir a los más vulnerables: los niños.

Atacan los valores que cimientan la felicidad, la vida, la armonía familiar y la identidad personal. Una persona sin valores da su vida por un plato de lentejas, una sociedad sin moral atenta contra sí misma y es manipulable, pero envilecer a los niños los trastorna y daña las siguientes generaciones.

Dueños de la mente infantil pueden manipularlos a su antojo. Y lo hacen a escondidas, con trampas, contra la ley, abusando del poder y engañan. Así ponen el ejemplo.

Esta perversidad es diabólica, en griego diábolos διάβολος significa “calumniador”, “decir mentiras”, “poner unos contra otros”.

Solo los valores, amar la verdad y la fe en Dios restituyen la rotura interior, no hay sustitutos.

La verdad a fondo

El engaño se corrige con la verdad, pero ¿Tiene sustento la verdad? ¿Podemos conocerla con certeza?

Para responder partamos de una evidencia que se demuestra a sí misma: tú que lees esto eres tan real como esta nota. Negar tu existencia o ambas sería negar la realidad y faltar al sentido común.

Asimismo el conocimiento de la realidad implica asumir dos cosas muy evidentes: 1. Que hay una realidad independiente a nosotros, llamada Verdad Ontológica que reside en el SER de cualquier cosa existente, de cada persona, en los hechos, en lo dicho, escrito y en lo infinitamente desconocido, ella existe antes de que se le conozca; ontos significa ser.

2. Que el intelecto puede conocerla con certeza, la Verdad Lógica que sucede al captar la realidad de algo tal como ES en sí sin deformarla con lo que uno quisiera.

El sentido común.

El entendimiento atento y disciplinado conoce los primeros principios de la realidad y nos alerta intuitivamente si algo es cierto o falso, son tres: 1. El Principio de Identidad que identifica algo: lo que Es ES, Juana Es Juana. 2. El de No Contradicción, algo No puede Ser una y otra cosa simultáneamente, Chana no es Juana, nos alerta de contradicciones, y el 3. De Tercero Excluido: si algo ES o No es excluye otra cosa.

La ciencia los aplica. Aceptamos algo cuando encajan con ellos y los rompemos al negar por ejemplo el género de nacimiento: lo que es ES. Creer lo contrario no cambia esa realidad pero la contradicción da mucho sufrimiento, eso requiere comprensión y apoyo. La empatía tiene un sentido común que nace del amor. El amor comprende mejor.

¿Dónde está la verdad?

Distingamos ¿En dónde reside la certeza? en el sujeto que conoce ¿En dónde reside la verdad? En el SER de cada cosa existente, lo remarcamos: los hechos son, una mentira existe: alguien dijo algo falso; tú eres, yo soy, cada cosa existente ES, tiene su identidad.

El conocimiento es gradual, el nivel de certeza depende de la verdad alcanzada. La certeza es parte de la verdad, pero no es la verdad entera, la gente puede tener certezas distintas y opuestas de un mismo tema complejo.

Pero la certeza no deja de ser verdad. La verdad ontológica es anterior e independiente de uno, está ahí por descubrir, América ya existía antes de Colón. La verdad existe y puede conocerse con certeza, entonces ¿Es verdad la afirmación de que “nada es cierto, todo es relativo”? observa: es un dogma que se auto contradice.

Las falacias.

El Relativismo encajona en lo absurdo. Sígueme, vayamos al banco a cambiar un billete de mil pesos. El cajero cuenta los billetes y nos los entrega satisfecho, al contarlos frente a él faltan 100 pesos. Le reclamamos y nos dice “Sr. Ud. tiene su verdad y yo la mía, pero yo soy el cajero”. Se los volvemos a contar y responde “Sr. Yo tengo otros datos, Ud. tiene su punto de vista, es respetable, respete el mío”.

Todos los presentes alegan, alguien hace una encuesta y la inclina a favor del cajero, le reclaman pero las estadísticas pesan.

Al insistirle nos dice que eso nos vuelve su adversario y quienes nos apoyan son sus detractores, y por serlo dicen mentiras, él dice la verdad porque ya no es como los de antes.

Y la respuesta está...

En la Verdad Ontológica: cuantos billetes son, no en los argumentos falaces ni en las personas. Descartes y Kant redujeron la verdad solo al entendimiento.

A la hora de los billetes desaparecen las ideologías y nadie cuestiona la verdad, menos los sobres amarillos. En política importan más los intereses, ganar poder y poco la verdad, pero las ideologías terminan dividiéndolos en bloques y coinciden para negociar.

¿Y tú permitirás que roben la inocencia de tus hijos?

$!Educación sexual integral.
Educación sexual integral.