María del Carmen se convierte en comerciante para sacar adelante a sus hijos
EL ROSARIO._ Para María del Carmen Lizárraga el enviudar y convertirse en padre y madre de cuatro hijos pequeños fue el impulso que la llevó a convertirse en comerciante ambulante por las calles de El Rosario.
Se ha tenido que adaptar a cada tiempo para tener ventas todo el año, ya que aprovecha la Cuaresma para hacer capirotada, y lo alterna con tamales de picadillo y camarón, buñuelos, coricos y bizcochos de queso, principalmente.
“Por lo mismo de que no tenía quién me mantuviera, pues el papá de mis hijos se me murió”, afirma.
Recuerda que fue hace alrededor de 23 años cuando sus hijos perdieron a su padre, el más pequeño apenas tenía dos años.
Sobre el fallecimiento de su esposo, de quien prefirió no mencionar su nombre, expuso que era pescador y se ahogó en el mar.
Reconoció que vende dos veces a la semana pues ya están grandes sus hijos, además de que las ventas han bajado mucho porque no hay dinero.
Su jornada de trabajo inicia a las 9:00 horas cuando sale de su casa con rumbo a la zona del mercado municipal “Miguel Hidalgo”, con la mira de estar de regreso en su vivienda poco después del mediodía.
“Si me queda poquito me vengo. Hago poco, no mucho, algunos dos kilos de masa, un kilo de harina... (De capirotada) nada más una grande”.
Tal han sido sus esfuerzos que le ha dado estudios a todos sus hijos hasta donde han decidido, al tiempo que ha visto a su familia crecer con sus nietos.
