Secundarias de Culiacán y Navolato firman acuerdo para que jóvenes aprendan a construir paz desde las aulas
En Culiacán y Navolato 59 secundarias públicas firmaron el acuerdo de la Educación para la Paz con la asociación civil SUMA, Sociedad Unida I.A.P. para promover el liderazgo juvenil y cultura de paz, así como la construcción de comunidades más seguras.
El acuerdo de la Educación para la Paz busca que, desde las aulas, se fomente la participación directa de los adolescentes en acciones que promuevan la convivencia pacífica.
Iván Velázquez Aréchiga, director de SUMA Sociedad Unida, precisó que durante este ciclo escolar esperan incidir en más de 19 mil jóvenes.
“Este es un esfuerzo conjunto para fomentar la cultura de paz, para construir comunidades más seguras a través del liderazgo y la participación de las adolescencias”, resaltó.
“Buscamos ser un puente para unir a los jóvenes con las comunidades, así como con organismos de la sociedad civil, gubernamentales que también colaboran en la formación integral de los jóvenes”, subrayó Velázquez Aréchiga.
El modelo de intervención se aplicará en cuatro etapas: Súmate por la Paz, que sensibiliza a estudiantes en temas de ciudadanía y convivencia pacífica; Líderes de Paz, que formará a mil 140 jóvenes en el ciclo 2025-2026; Murales por la Paz, con la meta de crear 171 murales colaborativos hasta diciembre; y un Área de Seguimiento, encargada de mantener activas las escuelas con acciones positivas en 100 comunidades educativas.
Velázquez Aréchiga aseguró que el ciclo anterior, este esquema atendió a 13 mil 458 alumnos de 55 secundarias en de estos municipios, de los cuales 569 se formaron como líderes de paz y realizaron 38 acciones comunitarias.
En ese sentido, recordó que por la situación de violencia en en el centro del estado fue complicado llegar a las comunidades.
“Recordemos que el ciclo anterior lo iniciamos en el marco de este conflicto que hemos estado padeciendo en el centro de Sinaloa, sobre todo en Culiacán y dentro de este escenario que estamos viviendo de condiciones adversas lanzamos nuestro modelo. No fue fácil llegar a las comunidades rurales y urbanas que atendimos, hicimos un esfuerzo de la mano de las propias autoridades educativas, de repente nos íbamos a clases en línea”.
“Si bien muchos jóvenes fueron afectados de manera psicológica por esta condición al igual que el resto de la comunidad, también vimos en muchos jóvenes un ánimo de participación”, destacó.