El pasado 14 de abril, el Departamento de Comercio de Estados Unidos anunció su intención de retirarse del Acuerdo de 2019 que suspende la investigación antidumping sobre tomates frescos procedentes de México, cuya terminación entrará en vigor en 90 días.
De acuerdo con la publicación el “acuerdo actual no ha protegido a los productores estadounidenses de tomate de las importaciones mexicanas”, donde argumenta “que compiten con precios injustos, ya que el Departamento de Comercio ha recibido numerosos comentarios solicitando su terminación”.
De acuerdo con el anuncio, “esta medida permitirá a los productores estadounidenses de tomate competir de forma justa en el mercado”.
Los productores de Florida llevan décadas presionando para que se impongan más restricciones al tomate mexicano. Desde 1996, Estados Unidos y México han negociado cinco acuerdos separados sobre la importación de tomate.
El acuerdo, que regula las exportaciones de tomate mexicano a Estados Unidos con el fin de permitir que los productores estadounidenses compitan de forma justa, se firmó por primera vez en 1996 y se renovó por última vez en 2019 para evitar una investigación antidumping y poner fin a una disputa arancelaria. Los tomates vendidos en Estados Unidos desde México están controlados por el Departamento de Comercio a través del acuerdo de suspensión, que establece precios mínimos y regula las ventas entre productores e importadores.
Con la terminación de este acuerdo, el Departamento de Comercio establecerá una orden de imposición de derechos antidumping a partir del 14 de julio de 2025, lo que resultará en la imposición de aranceles del 21% a la mayoría de las importaciones de tomates procedentes de México.
Esta medida tendrá repercusiones importantes en ambos lados de la frontera, ya que desde el año 2000, el volumen de importación de tomate fresco de Estados Unidos ha crecido un 176% alcanzando un monto de exportaciones de 3,124 millones de dólares en el año 2024.
En las últimas dos décadas, casi todo el crecimiento de las importaciones se ha debido a los tomates cultivados en invernaderos.
A principios de la década de 2000, los tomates frescos de invernadero representaban alrededor del 14% del volumen de importación de tomate fresco y el 23% del valor. A principios de la década de 2020, los tomates de invernadero representaban el 60% del volumen total de importación de tomate fresco y el 59% del valor.
Este aumento se debió principalmente a la expansión de la producción anual de tomate de invernadero en México, el principal proveedor de tomates de Estados Unidos.
Si bien la producción de tomate de invernadero en Estados Unidos también se ha expandido durante este período, las importaciones representaron aproximadamente el 88 % del suministro nacional de tomate de invernadero en 2023. La proporción de importaciones de tomate cultivado en invernadero varía según la variedad.
En 2023, casi el 80 % de todas las importaciones de tomate cherry y uva se cultivaron en invernadero, en comparación con un tercio del total de importaciones de tomate saladette. De manera que será prácticamente imposible que en el corto plazo
Por su parte el gobierno federal anunció el martes su intención de iniciar conversaciones con Estados Unidos para renovar un acuerdo bilateral sobre las exportaciones de tomate mexicano.
La Presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, afirmó en su conferencia de prensa el martes que el tomate mexicano en el mercado estadounidense “no es sustituible por ningún otro en el mundo” en cantidad ni calidad.
“Este proceso se ha dado muchas veces y México siempre ha ganado”, añadió Sheinbaum, al referirse a las revisiones del acuerdo de suspensión de la producción de tomates y enfatizar que, sin dicho pacto, los consumidores estadounidenses tendrían que pagar más por ellos.
El secretario de Agricultura de México, Julio Berdegué, afirmó que el 90% de los tomates que México exporta se destinan a Estados Unidos.
Según cifras oficiales, México exportó 3,300 millones de dólares en tomates el año pasado.
“Ahora hay un plazo de 90 días; habrá una conversación con Estados Unidos; buscamos que se renueve este acuerdo”, declaró Berdegué. “Ya lo hicieron en 2019, igual que ahora”, añadió.
La preservación de este mercado es muy importante para nuestros productores, lo que podría poner en riesgo una gran cantidad de fuentes de trabajo en nuestra región.
Si bien los nuevos aranceles no afectarán la temporada que esta cercana a concluir, si pudiesen afectar las decisiones de cultivo de la próxima temporada, con su respectivo impacto en las fuentes de trabajo involucradas en este sector.
Existe el riesgo que una caída en la demanda de este sector impacte en la demanda de un sector laboral cada vez más escaso, se pudiera mover a otros sectores de la economía más estables, dejando un boquete laboral que sería difícil de llenar con mano de obra local.
Por lo que será muy importante lo que se logre negociar antes de iniciar la nueva temporada, para asegurar que esta importante actividad económica no se vea afectada y los trabajadores del campo conserven sus fuentes de trabajo.
Fuente: https://www.trade.gov/press-release/us-department-commerce-announces-intent-withdraw-2019-suspension-agreement-fresh, https://www.reuters.com/markets/commodities/mexico-hopes-renew-tomato-agreement-with-us-2025-04-15/