¿Cómo llegamos a esta violencia? En Sinaloa periodistas y expertos exponen sobre la crisis de inseguridad en la entidad
CULIACÁN._ A un año de que detonó la crisis de inseguridad en Sinaloa, Coparmex estatal organizó un foro para exponer los distintos factores que originaron la situación de violencia exacerbada que se ha mantenido en el estado.
Martha Reyes Zazueta, presidenta de Coparmex en Sinaloa, abrió el encuentro señalando las pérdidas económicas, vidas arrebatadas y afectaciones educativas en medio de la crisis de seguridad.
“La violencia no solo se mide en muertes, también se mide en las pérdidas económicas que nos han dejado los cierres de negocios y la huida de inversiones. A mediados de este año, nuestra consejera, la economista Cristina Ibarra, expresó que al cierre de 2024, Sinaloa decreció económicamente 3.9 por ciento, es decir, 27 mil millones de pesos y acumulamos medio año de otra pérdida de 15 mil millones de pesos, porque las empresas no pudieron sostenerse”, señaló.
“Cada cortina metálica que no se levanta por miedo, cada empresa que cierra, cada empleo que se pierde, significa una familia más en crisis, un proyecto más que no pudo sostenerse frente al crimen. Y no olvidemos el golpe a la educación. Maestros y estudiantes han visto interrumpidas sus clases por la inseguridad; escuelas vacías o con miedo, que dejan una huella profunda en nuestra niñez y juventud. Estamos hipotecando el futuro de Sinaloa si no atendemos esto de manera integral lo antes posible”.

La empresaria destacó los retos que la seguridad ha representado para las corporaciones policiales y autoridades en materia de seguridad.
“También tenemos una crisis institucional, moral y presupuestaria. Nuestras policías, nuestros ministerios públicos, están rebasados. Y aunque a veces pensemos que ese problema es ajeno a nuestro día a día, la verdad es que fortalecer y respaldar a nuestras instituciones nos compete a todos”, dijo.
“Sin instituciones sólidas y confiables, ninguna sociedad puede prosperar. Este foro es también un recordatorio de que debemos arroparlas, vigilarlas, exigirles y apoyarlas para que cumplan su función”.
En el panel ¿Cómo llegamos a esto? ¿Cómo era Sinaloa antes del 09 de septiembre de 2024? ¿En qué fallamos? Reflexión desde la sociedad y el periodismo, participaron los periodistas Adrián López Ortiz, director de Noroeste; y Marcos Vizcarra, así como el experto en construcción de paz Javier Llausás Magaña.

Para Adrián López Ortiz, periodista y director de Noroeste, la explicación de cómo se llegó a una crisis de seguridad que la autoridad no ha logrado combatir debe remontarse a los años 60, cuando en Sinaloa inició la carrera criminal de Miguel Ángel Félix Gallardo quién fue fundador y líder del Cártel de Guadalajara y organizó a nivel nacional a las entonces nacientes estructuras del crimen organizado.
López Ortiz desglosó los acontecimientos más relevantes en materia de seguridad desde los años 60 en los que se fue reforzando el crimen organizado y los nexos u omisiones de autoridades estatales.Señaló que durante el sexenio de Mario López Valdez se registraba un promedio diario de más de 3 homicidios, y que justamente en esa administración fue víctima de la violencia al ser agredido a disparos.
“Malova promedió 3.7 homicidios diarios y durante su gestión ‘El Chapo’ fue recapturado dos veces en Sinaloa. Ese 2014 a mí me dieron un balazo. Malova dijo: Tuvo mala suerte Adrián”, recordó.
También destacó casos de nexos del crimen organizado con autoridades locales, tal como el caso de la Diputada local Lucero Sánchez y la transición a la militarización de las policías locales.
“(Quirino Ordaz Coppel) logró la candidatura con el apoyo de (Enrique) Peña Nieto y los grandes empresarios del Estado, imponiéndose al preferido del Gobernador Gerardo Vargas, Secretario de Gobierno y uno de los operadores de la candidatura a la diputación local de Lucero Sánchez, pareja sentimental de ‘El Chapo’ Guzmán. Ordaz militarizó la seguridad del Estado al convenir con la policía militar y poner elementos castrenses en los mandos principales”, relató.

En los periodos recientes, retomó el triunfo de Rubén Rocha Moya como Gobernador de Sinaloa y su relación con el Partido Sinaloense, así como los acontecimientos de alto impacto registrados durante la gubernatura de Rocha Moya como el operativo en Jesús María en el que fue detenido Ovidio Guzmán López.
También recordó el caso del asesinato de Cuén Ojeda en 2024 y la detención de Ismael “El Mayo” Zambada García, ocurridos en un hecho relacionado.
“El 25 de julio de 2024, Joaquín Guzmán secuestró a ‘El Mayo’ Zambada en Huertos del Pedregal y se lo llevó con él a Estados Unidos. Ahí mismo mataron a Cuén que buscaba el apoyo del crimen organizado para mantener su dominio político y financiero sobre la UAS, el segundo presupuesto público más importante del Estado. Un escolta de Zambada era agente activo de la Fiscalía estatal y hoy está desaparecido. La FGR atrajo el caso, pero no hay ningún avance público de la investigación desde entonces”, resumió.
El periodista destacó que en Sinaloa, previo a septiembre de 2024, no se vivía paz, sino un equilibrio permitido por las mafias que ahora disputan territorio.
“Pero lo que en realidad nos tiene aquí es que nos hemos creído todos por décadas una mentira. Esa que decía que el narco sinaloense era diferente a otras mafias en otros lugares menos afortunados. Una mafia donde sus miembros son buenas gentes y dejan trabajar. Una que no se mete contigo siempre y cuando no te metas con ellos. Una que incluso convenía porque metía circulante en la economía”, dijo.
“Esa creencia implicó ser cómplices, beneficiarios o en el mejor de los casos omisos. Hoy con los nombres puestos de víctimas inocentes como Gael, Alexander, Rubén, Jorge y otros tantos, vemos con dolor y tristeza que eso no es cierto. La mafia sinaloense amenaza, amedrenta, tortura, extorsiona, asesina y desaparece como cualquier otra mafia en el mundo. Pero esto no se trata de buenos y malos, sino de un problema crónico que hay que atender desde la política pública con una visión de complejidad”.

En su participación, Javier Llausás, como representante de la sociedad civil en la construcción de paz, realizó una serie de observaciones sobre el recrudecimiento de la violencia en el Estado y llamó a atender las aspiraciones de los jóvenes sinaloenses para mantenerlos lejos de los ciclos de violencia.
Destacó que Culiacán abona el 65 por ciento de los delitos registrados a nivel estatal, cuando en relación a su población la cifra debería de ser del 33 por ciento de delitos.
Por su parte el periodista Marcos Vizcarra lamentó la criminalización que enfrentan las personas que se ven relacionadas en el crimen organizado como eslabones sin toma de decisión y ajenos a la cúpula de los cabecillas de los cárteles, al mismo tiempo que a estos cabecillas se les abren espacios en lo político, lo social y lo económico para seguir fortaleciendo sus estructuras criminales.
Señaló que en el caso de Culiacán la violencia está focalizada en un sector, el sur de la ciudad, en el que se concentra la desigualdad y marginación.
“Donde ocurre la violencia, donde está ocurriendo la violencia, también está la mayor zona de marginación y rezago no solamente económico, educativo y social”, mencionó.