¿A qué huele la muerte? En la búsqueda de cuerpos de personas desaparecidas el olfato es una herramienta
Las botas de Reynalda se hunden entre los terrones de lodo, seco ya por el insufrible sol. El cielo está despejado, sin esperanza de una débil sombra que apacigüe el calor.
Carga con una varilla que pesa cerca de cuatro kilos. La varilla con volante o varilla T es una herramienta para detectar el olor de un cuerpo o palpar la tierra en puntos que se sospecha está blanda por recientemente haber enterrado algo.
La invención de la varilla se adjudica al activista de Guerrero Mario Vergara, quién buscaba a su hermano e ideó una herramienta más eficiente que una pala o un pico para identificar indicios de fosas clandestinas.
La varilla ha explorado los suelos de casi todo el país, buscando muertos.
Reynalda la hunde en el suelo de una parcela de Costa Rica, sindicatura de Culiacán. Con el peso de su propio cuerpo la empuja entre la tierra, la saca y huele la punta, tuerce los labios, ahí no hay muertos.
- ¿ A qué huelen los cuerpos, Reynalda? ¿Cuál es el olor?
“¿Has oído cuando dicen que la muerte es dulce? Yo cuando he encontrado un cuerpo lo primero que huelo es algo dulce y luego lo empiezo a sentir aquí”, dice tocando su garganta.
“O también se ha dicho que la muerte tiene sabor, en la boca lo sientes, ahí es donde me doy cuenta si es de animal o de humano. Yo lo siento aquí”, agrega mientras repite el gesto de tocar su garganta con su mano libre, pues con la otra sostiene la varilla.
Reynalda se hizo buscadora cuando se llevaron a su hijo. Ese día comenzó a buscar a Neto, y tiene ya más de cuatro años sin encontrarlo.
En diciembre de 2020, Reynalda vio a su hijo Neto por última vez. Ella estaba esperando un camión urbano cuando vio al joven pasar en su motocicleta por las calles de la colonia Adolfo López Mateos. Después, ya no supo de él.
Reynalda ha reunido testimonios de personas que aseguran que una patrulla de la Policía Municipal, con el número 0138, se lo llevó mientras el joven estaba haciendo fila en una tortillería.
Lo busca donde pueda, lo busca donde los rumores la lleven, lo busca sola o a veces con compañía.
El año pasado Reynalda Pulido Chavira fundó la asociación Madres en Lucha, un colectivo de personas buscadoras de desaparecidos.
En Costa Rica, Reynalda busca a seis muchachos desaparecidos. Les llegó a las familias de los jóvenes información de que fueron asesinados y enterrados en una fosa clandestina dentro de una parcela, por eso ahora peinan la sindicatura removiendo la tierra hasta encontrarles.
Las personas buscadoras, en su mayoría mujeres, se formaron en hilera para abarcar al menos un kilómetro de ancho que mide la parcela en la que rastrean. El protocolo, que no necesita formalizarse pues el colectivo lo conoce bien, es el de caminar en línea recta para abarcar todo el terreno.
El terreno en el que buscan mide kilómetro y medio en su punto más largo, y hay que recorrerlo de ida y vuelta.
En las búsquedas los sentidos también son herramientas: el tacto para sentir la dirección del viento, la vista para ver hundimientos o tierra removida y el olfato para detectar aromas, por eso nadie puede usar perfume en las búsquedas pues oculta el olor de los muertos, comparte Reynalda.
Entre los desaparecidos se encuentra José Ángel González Salas, de 28 años de edad desaparecido el 9 de noviembre de 2024 y fue visto por última vez en el Ejido El 30, perteneciente a Costa Rica. También se busca a Crecencio Humberto Mendoza Alcalá, de 31 años de edad, visto por última vez el 9 de enero de 2025 en Costa Rica.
Carlos Luis Ramírez Toloza también es buscado en Costa Rica, desapareció el 21 de abril de 2025 en Costa Rica, tiene 26 años de edad.
También se busca a los hermanos Soto Imperial vistos por última vez en la colonia Renato Vega Amador, desaparecidos el 2 enero de 2025. Sergio Eduardo de 20 años de edad, Ramón Ernesto de 21 años de edad, Jesús Humberto de 26 años de edad, son buscados por sus familiares.
Desde que inició la crisis de seguridad en Sinaloa el colectivo que encabeza Reynalda ha crecido, pues las cifras de desaparecidos se han disparado.
“De aquí de Costa Rica se han reunido como 15 familiares, en el transcurso de estos días”, lamenta.
El colectivo Madres en Lucha pasó de atender de 26 familias a 70, en los meses de guerra interna del Cártel de Sinaloa.
“Cuando tú encuentras y quieres comer ya no te pasa la comida, porque es el mismo olor... me ha pasado que no puedes pasar comida. En el caso de mi familia, de mi hijo, de mi esposo, hasta el niño, pasa una situación algo complicada, no sé si tenga que ver con la descomposición del cuerpo, o los vapores, que yo llego a mi casa y nos da calentura a todos. A mí me da calentura, me da vómito, no sé si se deba a que te afecta o no sé”, dice Reynalda.
“Emocionalmente, la verdad, es algo muy difícil, pero tenemos que hacerlo. Cada vez crece más la asociación, un día vienen unos, otro día vienen otros. De aquí (Costa Rica) ha crecido mucho y de Eldorado, ha crecido mucho las personas que tienen desaparecidos”.
La búsqueda en Costa Rica resultó sin hallazgos de cuerpos, pero fue localizado un hueso que será analizado por las autoridades para determinar si se trata de una parte humana.
Reynalda aprendió a identificar huesos, explica que los de humano tienen cavidades y textura identificable y pueden ser diferenciados a simple vista de los huesos de animales.
En sus luchas de búsqueda por su hijo aprendió sola a oler muertos, sentir el viento y leer huesos.
Del 9 de septiembre de 2024 al 10 de junio de 2025 se han abierto mil 559 fichas para personas víctimas de desaparición forzada, pero se han presentado 968 denuncias ante la Fiscalía General del Estado.