La escritura
Transmisora de pensamientos y emociones, la comunicación se fue perfeccionando en el crecimiento y desarrollo del ser humano.
Pensamientos y acciones son expresados de una manera cada vez mas completa, dejando a través de la creación del simbolismo un legado, no solo para el presente, sino también para las posteriores generaciones, en el ilimitado horizonte del tiempo.
Habiendo obtenido, el hombre, el grandioso don de la comunicación con sus semejantes, con la articulación de sonidos organizados para formar fonemas, en la expresión de ideas, hace su aparición el lenguaje hablado.
El siguiente paso, igualmente relevante, fue dejar impresos los sonidos fonéticos en caracteres gráficos, que simbolizaban las ideas, materializándolas de una manera independiente a la presencia del hombre; nace así la escritura, obra del ser humano, por la cual queda atrás la prehistoria, dando inicio a la historia y perpetuando acciones, acontecimientos y situaciones a través de la lejanía del tiempo.
Fue el la región del Fértil Creciente, al norte de Mesopotamia , lugar donde vivió hace cinco mil años el pueblo de los Sumerios, quienes no siendo semitas, su origen y procedencia es incierto, a ellos se debe el testimonio mas antiguo, hasta ahora; unos grabados en tablillas o ladrillos de barro.
Considerados originalmente como formas de un valor eminentemente ornamental, por su ordenación y simetría, sólo más adelante se descubrió en ellos un tipo de escritura llamada cuneiforme, por su apariencia de cuñas.
En la escritura cuneiforme, la más antigua descubierta hasta ahora, las figuras en forma de cuña encierran símbolos y sonidos que, articulados, forman fonemas, expresando las ideas.
Si bien el hallazgo de estos tesoros, donde se guarda la huella del misterio del hombre, en muchas ocasiones se ha debido a la fortuna o a la casualidad, su posterior interpretación ha sido muy difícil y en momentos casi imposible, solo el genio de ignorados talentos, hasta entonces, fue sacando a la luz el secreto de un pasado remoto, que ha vuelto a cobrar vida.
Los nombres de George Friedrich Grotefend, Henry C. Rawlinson, Edwards Hincks, Fox Talbot, entre otros se han ido sucediendo.
Aún cuando todavía hay un largo camino por recorrer, hasta lograr su total desciframiento, han llegado, hasta nosotros, relatos legendarios como la epopeya de Gilgamesh, el rey de Uruk, quien, con Utnapishtim, protagoniza la versión más arcaica del diluvio; relaciones de mercancías, durante el reinado de Nabuconodosor, o bien; la relación epistolar entre Ishme-Dagan, gobernador de Ekalatun, a su hermano Iasmakh-Adad, virrey de Mari.
Otras veces, el gusto por las bellas formas se expresa en la poesía, como búsqueda y encuentro del hombre con el arte, como una impronta, en el hombre, desde el mismo origen de su ser.
En su continua elevación hacia el infinito y en su búsqueda de Dios, el hombre convierte la impresión de relatos y oraciones en presencia de lo sagrado.
En el pueblo judío y después en el cristianismo, el Dios único y verdadero se ha revelado en su Palabra, penetrando al hombre, como experiencia tangible, haciéndose verdad, para ser luz y guía en el camino de esta vida, por su Palabra hecha escritura.