Vale recordarle...

24/08/2025 04:01
    De acuerdo con diversas fuentes, la pobreza multidimensional no es solamente un problema de ingresos, sino también de carencias que conforman el bienestar de una persona, como lo son el acceso a salud, educación, vivienda, empleo y otros servicios básicos, como energía eléctrica, agua, drenaje y transporte.

    Con días calurosos de antología, combinados con copiosas lluvias, ya nos encontramos en la salida del mes de agosto y preparándonos para recibir al llamado mes patrio.

    Y al ritmo de la percepción de mayores, sobre la rapidez del paso del tiempo, los medios de comunicación se llenan de noticias de uno y mil colores que rápidamente pasan a segundo plano, a pesar de que algunas de ellas son de gran trascendencia, como es el caso de la referida al informe que sobre la pobreza de la población que nos dio el Inegi, en la cual se asegura que los levantamientos estadísticos nos indican que se abatieron los niveles de pobreza y de extrema pobreza en nuestro País, durante el período 2022-2024, lo cual, obviamente puso feliz, feliz, a la Presidenta de México y con razón más que justificada, para asegurar que el proyecto humanista de la 4T está funcionando.

    De acuerdo a la numerología del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), organismo autónomo creado en el año 1983, bajo el mandato del entonces Presidente de la República, Miguel de la Madrid, entre el 2022 y 2024 la pobreza multidimensional de la población mexicana bajó de 46.8 millones de personas a 38.5 millones de paisanos. Agregando que en la pobreza extrema pasamos de 9.1 millones de habitantes a 7.0 millones de personas; datos que indiscutiblemente son para celebrar y que por ello la Presidenta Sheinbaum los calificó como una hazaña de la 4T.

    De acuerdo con diversas fuentes, la pobreza multidimensional no es solamente un problema de ingresos, sino también de carencias que conforman el bienestar de una persona, como lo son el acceso a salud, educación, vivienda, empleo y otros servicios básicos, como energía eléctrica, agua, drenaje y transporte.

    Por supuesto, cada uno de dichos conceptos se entiende que deben ser de calidad, o, por lo menos, dignos de la condición humana, y si bien es cierto que poco más de 8 millones de personas alcanzaron dichos derechos, dudo mucho que las estadísticas reflejen la calidad de los mismos.

    Ahora bien, se dice que una persona vive en pobreza extrema, cuando se ve afectada por la problemática de ingreso bajo y eventual y que su condición económica no le permite el acceso a por lo menos tres derechos fundamentales como salud, educación y vivienda.

    Lógicamente, la Presidenta Sheinbaum se acredita todos los gananciales del suceso, diciendo que el bajón en el número de paisanos que salieron de la nubosidad de la pobreza, es producto de la buena gestión realizada por su antecesor y por la continuidad que ella le está dando, sin darle ningún crédito a los contribuyentes, especialmente al empresariado mexicano, conglomerado integrado mayormente por pequeños y medianos emprendedores que han aguantado los costos de las reformas laborales de las cuales brotan los recursos para abatir la pobreza.

    Vale recordarle a la Presidenta que el Gobierno no genera riqueza, lo hacen los emprendedores, y que, por ello, los gobiernos deben crear las condiciones necesarias para que estos continúen generando empleos de calidad y de esa manera coadyuven en el abatimiento de la estrechez de la población; digo, si es que quiere que el regocijo que ahora se trae no sea flor de un día. ¡Buen día!