La asistencia humanitaria como puente de dignidad en la movilidad humana

26/08/2025 04:01
    “¿Qué tal si deliramos por un ratito? ¿Qué tal si clavamos los ojos más allá de la infamia para adivinar otro mundo posible?”._ Eduardo Galeano
    Pensar en la asistencia humanitaria como el primer paso hacia la dignidad -y no como un favor o un acto de caridad- es fundamental. Especialmente cuando se trata de personas desplazadas, refugiadas o migrantes, quienes han perdido casi todo y aún deben enfrentar múltiples barreras para acceder a derechos básicos.

    Cada 19 de agosto se conmemora el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, una fecha clave para reflexionar sobre la labor incansable de quienes brindan ayuda en contextos de emergencia y vulnerabilidad. Desde Sin Fronteras queremos aprovechar esta ocasión para profundizar en una realidad urgente: la movilidad humana y su vínculo ineludible con la asistencia humanitaria.

    La movilidad humana no es un fenómeno aislado ni excepcional. Es parte de una realidad global que nos involucra a todas: Estados, sociedad civil, academia, comunidades de acogida y, por supuesto, las propias personas en situación de movilidad. Las causas que la impulsan -conflictos armados, persecuciones, desastres naturales, crisis económicas o el cambio climático- exigen respuestas concretas y coordinadas. Entre ellas, la asistencia humanitaria juega un papel esencial.

    Pensar en la asistencia humanitaria como el primer paso hacia la dignidad -y no como un favor o un acto de caridad- es fundamental. Especialmente cuando se trata de personas desplazadas, refugiadas o migrantes, quienes han perdido casi todo y aún deben enfrentar múltiples barreras para acceder a derechos básicos.

    En estos contextos, la asistencia humanitaria puede significar la diferencia entre la vida y la muerte: acceso a alimentos, atención médica, refugio seguro, protección legal... todo ello en condiciones dignas. No se trata solo de satisfacer necesidades básicas, sino de garantizar el acceso a la justicia y a los derechos fundamentales.

    Este trabajo requiere de la participación activa y coordinada de múltiples actores: organismos internacionales, organizaciones de la sociedad civil, gobiernos, comunidades receptoras, donantes, y redes de apoyo como la Iglesia Metodista, a través del proyecto Asistencia humanitaria de emergencia para migrantes y refugiados en México UMCOR, que en este 2025 ha sido un actor clave al brindar apoyo humanitario de emergencia a poblaciones en situación de movilidad. Su compromiso evidencia la importancia de contar con una red amplia de colaboración para responder a emergencias con humanidad y eficacia.

    Frente a este panorama, es necesario repensar la movilidad humana dentro de la agenda humanitaria. Uno de los mayores riesgos que enfrentan las personas migrantes y solicitantes de protección internacional no es el viaje en sí, sino nuestra indiferencia ante sus condiciones de vulnerabilidad. Y es ahí donde la asistencia humanitaria se vuelve crucial.

    No podemos ignorar que fenómenos como la criminalización de la migración, la xenofobia, la falta de recursos o la invisibilización de mujeres, niñas y personas LGBTIQ+ en tránsito, siguen siendo obstáculos graves en el camino hacia una asistencia realmente inclusiva y efectiva.

    ¿Qué podemos hacer? Desde Sin Fronteras creemos que cada persona y cada institución pueden contribuir a cambiar esta realidad:

    - Informarse y educar a otros sobre las causas y consecuencias de la movilidad humana.

    - Apoyar a organizaciones locales e internacionales que brindan asistencia humanitaria.

    - Incidir en políticas públicas más humanas y sensibles a las realidades de estas poblaciones.

    - Humanizar la narrativa migratoria, dejando atrás los estigmas y reconociendo la humanidad de cada persona en tránsito.

    Este 19 de agosto, además de recordar a quienes hacen este trabajo, también hagamos un llamado a cuestionarnos: ¿cómo podemos ser parte del cambio? Porque otro mundo -más justo, más solidario y más humano- no solo es posible. Es urgente.

    La autora es Gilda Maribel Alvarez Mariano, coordinadora de Atención y Servicios de Sin Fronteras.