Jubilación dinámica o UAS en riesgo
Suntuas: un modelo que sirva a todos
A partir de ayer 15 de septiembre el Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad Autónoma inició consultas entre sus agremiados con el objetivo de analizar la crisis financiera que apremia a que el Rector Jesús Madueña Molina implemente la reingeniería en el manejo de recursos presupuestales, con énfasis en su sistema de jubilaciones y pensiones donde el cumplimiento de estas prestaciones no sea en detrimento de la calidad educativa.
Es un paso al frente que la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, el Gobernador Rubén Rocha Moya y el Secretario de Educación Pública, Mario Delgado Carrillo, empiezan a ver con buenos ojos. En caso de concretarse, los gobiernos federal y estatal destinarán mayor recurso público a la UAS con la certidumbre de que la administración madueñista está tapando los hoyos por donde se fugaba dicho recurso. No es tan complicado entender y atender la presente disyuntiva uaseña.
El Sindicato de Académicos constituye una pieza esencial en el rompecabezas de la recomposición del sistema de retiro e, inclusive, en la transformación en sí de la UAS, al tratarse de la inteligencia que guía a los jóvenes para que desde la educación media superior, profesional y posgrados le recalque al alma máter su razón de ser a través de egresados, proyectos de investigación y conocimientos como palanca del desarrollo.
Aquí no caben actos de egoísmo de parte de los actualmente remunerados con la jubilación dinámica, con el criterio de que se jodan los que vienen detrás. Bajo un esquema de aportaciones de parte de todos y contribuciones de los gobiernos locales varias universidades públicas de otros estados lograron ofrecer modelos que le restan argumentos a la idea de que el recurso se desvía a pagar onerosos retiros.
Por ello vale destacar que la propuesta que cabildea el Sindicato con sus bases es sensible a la situación de los tres segmentos implicados en definir qué conviene a los que ya son beneficiados con la jubilación dinámica y también explora cómo arropar a quienes están activos y tienen la expectativa de recibirla, así como a aquellos que ingresaron en 2016 y no cuentan con ese derecho.
Es decir, lo que plantean Samuel Castro Camacho, líder de los académicos, e Isfa Leal Salazar, dirigente de personal administrativos y de intendencia, es consensuar acuerdos de largo alcance en vez de pretender salidas coyunturales que reparan lo inmediato y agravan el futuro. Ambos se han unido para crear soluciones bajo la premisa de que el interés colectivo está por encima de beneficios personales o grupales.
La encomiable postura del Suntuas resulta propicia para abrir la gran jornada en apoyo a la UAS porque desde el esfuerzo de la comunidad universitaria sale la señal que alienta a que los gobiernos federal y estatal hagan la parte que les corresponde para sacar a la casa rosalina del bache económico que, hay que creerlo, pone en riesgo la adecuada atención a los 170 mil estudiantes que alberga en sus aulas.
Ellos mostraron conciencia en torno a lo que debería estar dominando la conversación en la plantilla laboral universitaria. Nadie está pensando en eliminar la jubilación dinámica, que sería la solución más fácil, sino sostenerla con la mentalidad de que beneficie a los que hoy disfrutan de ese esquema y pensando en lo demás que también se incorporarán en el futuro.
“Queremos hacer este sistema viable, transparente, que toda la comunidad sepa cómo se va a implementar, para que confíen en la Universidad y en el Sindicato, porque sabemos que sin la Universidad no tenemos fuentes de trabajo, como sindicato nos debemos a la Universidad y también darles fluidez y viabilidad a estas prestaciones es darle un futuro a la Universidad”, consideran.
Realmente a la UAS le conceden pocas alternativas de solución. O se hace cargo de su propio esquema de jubilación o quedará al margen de presupuestos que se otorgan a otras IES que ya resolvieron el tema sin que sea con cargo al dinero asignado a la educación con calidad. La encrucijada es difícil y la harán más complicada los lastres que se resisten a ser desalojados del campus azul y oro.
El Sindicato dice la verdad:
El panorama pinta muy feo;
Pues se trata, así sin rodeo,
De salvar a la Universidad.
Las instituciones de educación públicas y privadas están convocadas a unirse más allá de egos o particularidades para presentar la gran propuesta cultural, deportiva y de enseñanza que muestre en los ribetes de pobreza, sean colonias o comunidades rurales marginadas, al otro Sinaloa que se les presenta esplendoroso y les ofrece la alternativa de vida distinta a la del narcotráfico, armas y muertes. Este es el gran desafío que deriva de la narcoguerra que involucra a infancias y juventudes que crecen sin más referente que el de la violencia como peligrosa ruta de emergencia para salir de atrasos, olvidos e inequidad. Aunque sea sólo por esta vez develar ante los ojos de los sin futuro ese mundo que los convoca a inscribirse en el desarrollo con justicia y paz.