Investigadores de la UAS responden la pregunta ¿puede la melatonina proteger nuestra memoria cuando dormimos poco?

07/09/2025 04:01
    La falta de descanso genera estrés oxidativo e inflamación en el cerebro, procesos que deterioran la función neuronal y la comunicación entre las regiones encargadas de la memoria, como el hipocampo y la corteza prefrontal. Al actuar como protector celular, la melatonina podría estar mitigando parte de ese daño.

    Dormir lo suficiente parece, a veces, un lujo imposible. Entre exámenes, trabajo nocturno y rutinas cada vez más irregulares, los jóvenes adultos suelen dormir mucho menos de lo recomendado.

    Pero el sueño no es solo un descanso pasivo: es un proceso activo, fundamental para consolidar recuerdos y mantener la mente alerta. ¿Qué ocurre entonces cuando lo sacrificamos? Y más aún: ¿podría la melatonina, la llamada “hormona de la oscuridad”, ayudarnos a compensar el daño cognitivo que provoca la falta de sueño?

    Un estudio reciente realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Sinaloa publicado en Psychopharmacology (https://doi.org/10.1007/s00213-025-06887-8), aporta datos sólidos para responder a estas preguntas.

    Los investigadores reclutaron a 60 estudiantes universitarios sanos, de entre 18 y 23 años, y los sometieron a un experimento controlado: durante dos noches seguidas, todos durmieron solo cuatro horas. La mitad recibió una dosis de 3 mg de melatonina media hora antes de acostarse, mientras que la otra mitad tomó un placebo idéntico.

    El resultado fue revelador. Tal como se esperaba, los estudiantes sin melatonina mostraron una caída drástica en su memoria a corto plazo, evaluada con una prueba estandarizada de recuerdo verbal. En cambio, aunque quienes tomaron melatonina también sufrieron un descenso, su capacidad de retener información fue significativamente mayor. En otras palabras, la melatonina no evitó por completo el deterioro, pero sí lo amortiguó de manera notable.

    ¿Por qué ocurre esto? La melatonina es conocida por regular el ritmo circadiano y facilitar el inicio del sueño, pero también posee propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.

    La falta de descanso genera estrés oxidativo e inflamación en el cerebro, procesos que deterioran la función neuronal y la comunicación entre las regiones encargadas de la memoria, como el hipocampo y la corteza prefrontal. Al actuar como protector celular, la melatonina podría estar mitigando parte de ese daño.

    El hallazgo es especialmente relevante porque vivimos en una sociedad donde la privación de sueño es casi estructural. Estudiantes en temporada de exámenes, médicos residentes, trabajadores por turnos o incluso jóvenes que trasnochan por ocio enfrentan rutinariamente periodos de descanso insuficiente. Que una intervención sencilla, segura y accesible como la melatonina pueda reducir el impacto cognitivo abre un campo de posibilidades tanto clínicas como preventivas.

    No obstante, los autores subrayan algunas limitaciones. El estudio se centró en un periodo corto (solo dos noches) y en un grupo muy específico de jóvenes sanos. No sabemos aún si los beneficios se mantendrían en adultos mayores, personas con trastornos del sueño o en quienes consumen melatonina durante semanas o meses. Tampoco se evaluaron parámetros fisiológicos del sueño, como las fases de sueño profundo y REM, que son críticas para la memoria.

    En cualquier caso, el mensaje es claro: el mejor “tratamiento” para proteger la memoria sigue siendo dormir lo suficiente. Ningún suplemento puede sustituir las 7 a 9 horas de sueño recomendadas. Sin embargo, este estudio muestra que la melatonina podría convertirse en un aliado útil en situaciones puntuales donde dormir lo necesario no es posible.

    Al final, la ciencia nos recuerda que la memoria se cultiva de noche. Y que, aunque la modernidad nos empuje a dormir menos, quizá tengamos herramientas biológicas, como la melatonina, para no perder por completo lo que más necesitamos: una mente lúcida y capaz de aprender.